Demasiados partidos van ya en los que el Real Zaragoza no conoce la victoria. Estando en Segunda División es todavía más inestable que jugando en Primera. Lo peor de todo es la indiferencia que provoca en el aficionado, algunos de ellos, y cada vez más extendida de no querer sufrir por este equipo. Muchos de los zaragocistas que siempre estaban al lado del equipo animando se han cansado ya de esto. Sirve de muy poco lamentarse por la situación. Aquí no cambia nada.
Ayer fue otro partido en el que el equipo salía con ganas, según los jugadores, pero se volvió a perder.
Se adelantó la Ponferradina a los pocos minutos de juego de la primera parte aunque un gol de César Arzo el Zaragoza puso las tablas sobre el marcador. Después del descanso llegó el mal continuo de los maños, la Ponferradina se puso por delante del marcador en un córner, a balón parado. El lobo feroz de este equipo, defender este tipo de balones. A estas alturas ya no sorprende que los balones entren así en la portería. Ya da igual que sea la que defiende Leo Franco que Roberto Jiménez, lo que falla no es el portero, es la defensa.
A los pocos minutos de este segundo gol la Ponferradina marcó el tercero. Los locales alegraron con este resultado a la grada local mientras el Real Zaragoza estaba en unos buenos minutos de partido. Sin embargo, Juan Esnáider, el hijo del mítico Esnaider, volvió a llevar la esperanza a la grada blanquiazul con su gol. Algo que supo a poco, pese a recibir el 4 gol leonés unos 5 minutos antes de acabar el partido.
Un Real Zaragoza que se caía a pedazos en El Toralín. El dolor de los jugadores y aficionados se volvía a reflejar en sus caras. La derrota estaba en el marcador una semana más. La carrera de Herrera en el banquillo de este equipo una semana más en el aire.
Los hombres del partido, por parte zaragocista, Leo Franco y sus paradas, como casi todas las semanas, y Juan Esnaider, que ya marca con el Real Zaragoza. Por parte de la Ponderradina Yuri, que marcó 2 goles de los 4 de su equipo.
Ponferradina 4-2 Zaragoza: Lo sorprendente es que sorprenda
Escrito por: Patricia Marco