Un tropiezo más. El último tropiezo de la temporada, por fín.
Un partido más en el que parece que el equipo cambia, que la cosa va bien pero al final sigue siendo lo mismo de siempre. Si se adelantan los maños el rival empata, si por el contrario remontan siempre hay algo que al final les hace tropezar. Y es que este equipo no sabe hacer nada decente durante 90 minutos, 90 escasos minutos que en muchas ocaciones para el aficionado y para los propios jugadores se hacen eternos.
La afición hace meses que está harta, de la directiva, de los jugadores, del cuerpo técnico... Harta de todo y de todos, y me incluyo, por supuesto.
No se puede empezar un partido decente y en condiciones y acabar emapatando por bajar la guardia durante la segunda parte, como de costumbre. Para que este equipo funcione solo debería tener cada partido 45 minutos y eso no puede ser.
Por suerte ha acabado la temporada y parece que hay que dar gracias a que se ha cumplido el objetivo, quedarse en segunda. A eso es a lo que era capaz de aspirar este equipo, y gracias, porque lo suyo les ha costado. Estar en la cuerda floja de estas maneras no tiene nombre.
Parece que hay que celebrar esta hazaña, como dijo Victor Muñoz, hay que estar contentos por lo que han hecho. ¿De verdad? En fin, el que no se conforma es porque no quiere, pero hay que darse cuenta que estos que hacen llamarse jugadores de este club no están capacitados para aspirar a más.
¿Lo mejor del partido? Que Agapito haya estado en el palco con Casasnovas viendo el panorama, con algo hay que conformarse.
